– ECOLOGISMO

 

Lo que no queremos

 

es contribuir al grave deterioro medioambiental que provoca nuestro consumo. Para comer carne o dulces, ¿es necesario destruir millones de hectáreas de selva tropical, o poner en peligro de extinción al orangután? No, pero ocurre.

 

Es más, es lo habitual en muchos casos, si consumimos productos convencionales. Sin irnos tan lejos, Doñana, Las Tablas de Daimiel, o El Mar Menor, ecosistemas emblemáticos y del máximo valor medioambiental a nivel nacional, son víctimas de la contaminación proveniente de la agricultura intensiva, como lo son muchos acuíferos de la ganadería intensiva, o los mares de los plásticos, vertidos, sobreexplotación pesquera, etc. En nuestra asociación no queremos contribuir a que esto ocurra, y por ello procuramos que ninguno de los productos que se venden tengan estos impactos, o sean los mínimos posibles si es irremediable que los tenga por falta de alternativas.

 

Lo que hacemos

 

es estudiar los orígenes de los productos, su composición, envasado, certificados, etc, y así podemos escoger aquellos que cumplen más estrictamente con criterios basados en evitar o minimizar: las emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes, la generación de residuos, la degradación de los territorios, la sobreexplotación de los recursos y la dispersión de organismos nocivos. También priorizamos aquellos que tienen una mayor relación armónica con el entorno, que respetan o fomentan la biodiversidad, y, en definitiva, que garantizan un futuro mejor para el planeta y las generaciones venideras.

 

– JUSTICIA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL

 

Lo que no queremos

 

es permanecer inmóviles ante la evidencia de que la crisis de los pequeños productores del sector primario (agricultura, ganadería, pesca…), se puede considerar, desde hace años, permanente. Las noticias de sus protestas saltan a los medios de comunicación cada vez con mayor frecuencia ante los bajos precios que reciben por sus productos, con los que apenas cubren costes, precios que, sin embargo, luego se multiplican en los supermercados e hipermercados. Esto es algo que en MERCATREMOL nos negamos a aceptar.

 

 

Lo que hacemos

es priorizar las pequeñas producciones locales y aceptar el precio que nos piden, a los que solo se les aplica un incremento de alrededor del 12-15% para la venta. Dicho de otra forma, pagamos el 85-88% del precio de venta a estos productores. Además, en nuestra filosofía no caben las presiones a los productores. De esta manera, conseguimos un precio justo, tanto para ellos como para los consumidores. También tratamos de establecer relaciones sanas y sinergias entre ambos grupos, poniendo los nombres de los productores en los productos, organizando visitas a sus fincas, transmitiendo sus mensajes, etc.

 

– SOBERANÍA ALIMENTARIA

 

Lo que no queremos

 

es tener la dependencia del exterior que tenemos de algunos productos como los cereales, como ha puesto de manifiesto la guerra de Ucrania. Esto no es nuevo, lleva décadas ocurriendo. España importa gran parte del cereal y las legumbres que consume por un déficit estructural causado por la globalización. Algo llamativo siendo España un país mediterráneo donde la tradición reza que la trilogía de cultivos mediterráneos son el cereal, la vid y el olivo. Hemos abandonado gran parte de la producción de legumbres por lógicas globales que sólo responden a los intereses de las transnacionales. Además, en muchos países de los que importamos cereales y legumbres se permiten prácticas agrarias como la “desecación por glifosato”, prohibidas en la UE, lo que no les impide llegar a las estanterías de nuestros supermercados. Legumbres y cereales son el mejor ejemplo, pero otros muchos productos sufren situaciones parecidas a las descritas anteriormente, como muchas conservas de hortalizas, etc. Estos productos no tienen cabida en MERCATRÈMOL.

 

                     

 

Lo que hacemos

 

es simplemente abastecermos con productos de origen local, o al menos nacional, de todos estos sectores. También tratamos de ofrecer e incentivar el consumo de las variedades locales y de temporada, lo que en el campo se traduce en una mayor resistencia frente a plagas y enfermedades, el fomento de la biodiversidad, etc. Ello permite tener más opciones si alguno de estos cultivos sufre contingencias que impidan su suministro siguiendo el principio de que “de cuantas más cuerdas cuelgues, más puedes cortar”. Se fomenta la resiliencia, y en último término, el depender al máximo solo de nosotros mismos, es decir, la soberanía alimentaria.

 

– SALUD Y DISFRUTE DE LOS ALIMENTOS

 

Lo que no queremos

 

es dejarnos arrastrar por el ajetreado modo de vida que impera en la sociedad y el desarrollo cada vez mayor de los alimentos procesados y precocinados, que está desembocando en gran medida en un abandono de dietas sanas, como la mediterránea, en pos de dietas menos sanas, pero que permiten un gran ahorro de tiempo y lo hacen a precios competitivos. Pero sí que hay un precio a pagar, que es la ingesta de muchos alimentos poco saludables y de una baja calidad nutricional, y sus efectos negativos para la salud y para el planeta. Por otra parte, la baja calidad organoléptica que puedan tener estos alimentos, se sustituye con saborizantes, exceso de azúcar y de sal, etc, que hay que añadir a otros aditivos como los conservantes, edulcorantes, etc. En MERCATRÈMOL pensamos que alimentación y salud deben ir de la mano, y que los alimentos deben conservar al máximo sus propiedades organolépticas porque ello es lo que permite su disfrute.

 

Lo que hacemos

 

es apostar por productos diversos, tradicionales y autóctonos de la que se hablaba en apartados anteriores. El hecho de que también sean ecológicos, redunda en una mayor presencia en nuestra tienda de productos con mayor cantidad y diversidad de nutrientes, mejores propiedades organolépticas, sin tóxicos, etc. Además, se priorizan especialmente los productos cultivados en condiciones lo más naturales posibles, respetando los ciclos vitales, como son los productos biodinámicos. Esto hace que la alimentación de nuestras socias y socios pueda ser ¡más saludable y rica en sabor!

 

 

– TRANSPARENCIA

 

Lo que no queremos

 

es tener etiquetas como la de la imagen en nuestras estanterías, en la que las afirmaciones que se hacen no van acompañadas de ningún sello que lo acredite con garantías. En los supermercados e hipermercados de venta convencional, es frecuente que la información que contienen los productos que tienen a la venta sea deficiente o engañosa. En nuestra asociación consideramos fundamental el poder disponer de la información más completa posible sobre los productos y productores. Por ejemplo, sobre el origen de los productos (zona de cultivo, crianza, captura o producción de los productos o de los diferentes ingredientes), su contenido (ingredientes) y sus propiedades nutricionales. También sobre sus certificaciones de producción (ecológica, biodinámica, de sostenibilidad, etc.), de aptitud para diferentes opciones alimentarias (veganismo, vegetarianismo…), de corrección en el trato animal, o de comercio justo, especialmente para productos de origen tropical.

 

Lo que hacemos

 

es priorizar los productos con un etiquetado más completo y transparente, y en caso de presentar carencias, se trata de obtener esa información contactando con los propios productores o distribuidores. También tratamos de transmitir esa información a las socias, o facilitar el acceso a la misma si lo desean, así como de poner en valor aquellos productos que cumplen mejor con los criterios de sostenibilidad de la  Asociación.